¿Se os hubiera ocurrido plantar semillas en una esponja? ¡El resultado es muy bonito!
Para ello, deberéis usar como base, las esponjas de cocina, sin el lado verde. Si conseguís esponjas de diferentes colores, podéis montar una casita como la de la foto. No hace falta pegar las partes, solo apoyarlas unas contra las otras.
Debéis montar la casita dentro de un recipiente de plástico dado la vuelta, es decir, la casita sobre la tapa y el recipiente irá encima como campana. Se humedecen las esponjas con un vaporizador con agua, se cubre el techo y los laterales con semillas de hierba, y se mantiene húmedo y templado por unas dos semanas. Para evitar que se formen hongos, haced algunos agujeritos en el recipiente.
Después de que la hierba haya crecido, puede quitarse la campana y mantener nuestra casita algunas semanas regándola regularmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario